‘El tesoro de La Mancha’ sigue dándome alegrías en apenas dos meses desde su lanzamiento. Si ya os contaba cómo iba a tener varias presentaciones para dar a conocer la historia de mi nueva novela en las localidades de Mandayona, Guadalajara y Sigüenza, en las últimas semanas también he tenido la oportunidad de acudir a dos ferias del libro.
Estar presente en una Feria del Libro siempre es un regalo. No solo por la posibilidad de firmar ejemplares a amigos, familiares o conocidos, también de poder expresar el valor añadido de tu novela a través de tus propias palabras. Porque no es lo mismo leer la sinopsis de un libro a que te lo cuente el propio autor, ¿verdad?
Feria del Libro de Sigüenza y Guadalajara
La primera oportunidad llegó en la Feria del Libro de Sigüenza. Celebrada el día 24 de abril, justo después del Día del Libro (23 de abril), el primer contacto con los lectores que ni siquiera conocían la existencia de mi nueva novela. ‘El tesoro de La Mancha’ triunfó agotando los ejemplares de los que disponíamos en ese momento, en un ir y venir de gente que no paró de preguntarme por el argumento, la historia y la puesta en valor de Castilla-La Mancha.
Y tras ella, se acercaba una cita aún más especial: la Feria del Libro de Guadalajara. Una fecha especial que tuvo lugar del 13 al 16 de mayo en el Parque de la Concordia de la capital. Fue única porque era la primera vez que me acercaba allí a presentar mi libro de manera exclusiva.
No estuve solo, el escritor y periodista Javier Oliva estuvo a mi lado, presentando ‘El tesoro de La Mancha’ a los lectores que quisieron acercarse a la carpa central de la feria. Tras una presentación a modo de charla-entrevista donde desgranar algunas partes del libro, tuvo lugar una firma de libros en la caseta de Rayuela. El mismo lugar donde volví para enfrentarme a los lectores al día siguiente.
Una feria con una presentación y dos firmas de libros. También primeras impresiones de los lectores, reencuentros con amigos, compañeros, vecinos e incluso visitas de gente muy querida, así como pequeños grandes aplausos, primeras fotos con los fans (sí sí, la primera vez que me pasa), colas de personas esperando para que les firmara un libro y ver como ‘Los misterios de Río Dulce’ vuelve a tener una segunda vida.
Por todo ello, ¡gracias!
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