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10 cosas que los españoles echamos de menos cuando viajamos al extranjero

Cosas que echamos de menos en el Extranjero

Los españoles no paramos quietos ni un segundo y disfrutamos saliendo de viaje para conocer nuevos países. A veces por cuestiones laborales, de ocio, por placer o porque te animas a estudiar una temporadita en el extranjero. De cualquier forma, todos hemos regresado a España echando de menos muchas cosas, aquí te resumo algunas de las más destacadas para la mayoría de nosotros.

1. El Sol

No brillamos como los vampiros de ‘Crepúsculo’ pero poco nos falta. Nuestro cuerpo está hecho a recibir los rayos del sol durante gran parte del año, de ahí que no nos guste demasiado ver el cielo lleno de nubes, que pase parte del día lloviendo y no notemos el calorcito en meses. Luego os sorprenderéis cuando vemos un rayo de sol y nos ponemos de manera instantánea el pantalón corto y las chanclas, si es que nos lo pide el cuerpo.

2. Persianas

Aviso a los hoteles, hostales y pensiones de la mayoría de países: una cortina gruesa no es una persiana. Quizás quiera hacer la misma función pero a los españoles no nos vale. Ni contraventana de madera ni nada, no será la primera vez que nos abrimos el ojo en cuanto amanece porque es imposible conciliar el sueño cuando la luz te da directamente en los ojos. Todavía no sé cómo pueden dormir por la noche, lo siguiente que debemos hacer es exportar el invento. Nos forraríamos.

3. La gastronomía (en general)

Como la dieta mediterránea no hay nada, una verdad que solo descubres cuando pasas tiempo en el extranjero donde la comida basura y el exceso de calorías sobrevuelan a tu alrededor. Cuánto echamos de menos el jamón, la tortilla de patata, la paella, cocinar con aceite (y no con mantequilla), el pan e incluso el café. Quién nos iba a decir que mataríamos por un plato de lentejas, por un cocido o por llevarnos a la boca una fruta fresca. ¡Ver para creer!

4. Dar propina

¿Qué estoy obligado a dar propina? Pero ¿por qué? Si sales al extranjero te habrás dado cuenta que eso de ‘dejar’ propina en un restaurante es una obligación, de hecho a veces el sueldo del camarero depende de ello así que no te olvides porque saldrán corriendo a pedírtela. A los españoles es una práctica que nos resulta peculiar, rara y no acabamos de entender ya que solo damos propina si el servicio ha sido excelente y a veces ni eso. ¿Será que somos unos tacaños?

5. Nuestros horarios

Desayunan sin poner las calles, comen cuando tomamos la media mañana y cenan al mismo tiempo que en España aún hacemos la digestión de la merienda. Sí, somos los raros del mundo, tenemos unos horarios propios que nadie entiende pero son nuestros horarios. Nos gusta comer y cenar tarde, lo cual ha ocasionado que en más de una ocasión nos encontremos con las cocinas de los restaurantes cerradas. Es normal, cuando nosotros queremos parar a cenar ellos están durmiendo a moco tendido

6. La fiesta

Si vas a salir de fiesta es mejor que no sigas la rutina española, posiblemente no vayas a ninguna parte. Con o sin botellón de por medio, sal de casa cuando todavía es de día (sí, hazlo aunque sea extraño), los bares no esperan a nadie y justo cuando estás dándolo todo en la pista al escuchar esa canción española que acabas de pedirle al DJ, la música se apaga. Y piensas, ¿ya? ¿qué hora es? Las 2-3 en España es cuando la gente empieza a salir, y entonces te acuerdas de las fiestas del pueblo y como recogerse antes de las 10 de la mañana es algo inaudito.

7. El tapeo

Las cañas, el pescadito frito, los embutidos, los pinchos, las patatas fritas, las aceitunas rellenas y los panchitos rancios son solo una excusa para salir de tapeo. No nos hacen falta excusas para ‘tomar’ algo en una terraza, sobre todo si el tiempo acompaña. Nos gusta comer, nos gusta reunirnos y nos gusta tapear en buena compañía más que a nadie. Un ritual sagrado que echarás de menos, muchos países no conciben esa forma de reunión tan arraigada y ancestral que casi se ha convertido en el mandamiento número 11 para los españoles.

8. Humor y jaleo

Cuántas veces habremos paseado por alguna gran avenida de Londres, Berlín o Bruselas y hemos notado como ¡¡¡nadie sonríe!!! Quizá sea el sol, la comida o nuestra forma de pensar, pero no perdemos el sentido del humor y la sonrisa. Ellos deben tenerlo muy en el interior y lo plasman siendo siempre ‘políticamente’ correctos, silencios, tímidos y callados. Entras a un bar y no hay jaleo, no se oye ni una mosca cuando en España estaríamos gritando y hablando a voces. Cuando trasladas esa bonita costumbre en el  extranjero te miran raro con cara de “españoles tenían que ser”. ¿Y qué haces tú? Pues les sonríes.

9. La ñ

Sentir morriña, diseñar, visitar a tu cuñado, soñar, aliñar la ensalada, bañarte, seguir una señal o empeñarte en una meta cobra más importancia cuando estás en el extranjero. ¡¿Cómo echas de menos la letra ñ!? España y la ñ van de la mano en gramática, en vocabulario y otros aspectos, como escribir correctamente en un ordenador. Ni tildes, ni eñes, si recibes un email de un amigo fuera de casa que no te extrañe esta práctica ya que los teclados no tienen nuestra Ñ.

10 La siesta

Está demostrado científicamente que una siesta de no más de 30 minutos mejora la salud, la circulación sanguínea y previene el agobio, la presión o el estrés. Entonces ¿por qué en el extranjero nadie echa una cabezadita después de almorzar? De nuevo otra cosa que echar de menos mientras estás fuera de casa y ya son demasiadas, así que mejor volver a España y saborear todo lo que nuestro país tiene que ofrecernos.

  • Artículo publicado originariamente en Los Replicantes.
  • Fecha: 19 de junio de 2015.

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