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‘Breaking Bad’ y mi despedida a Walter White

Breaking Bad

El viaje a lo largo de sus cinco temporadas ha merecido la pena. Y mucho. ‘Breaking Bad’ ha ido de menos a más. La ficción de AMC comenzó algo tímida con un argumento bastante difícil de creer: un profesor diagnosticado de cáncer que se involucra en el mundo de la droga para dejarle una ‘herencia’ a su familia cuando se haya marchado para siempre. Inverosímil, fascinante y novedoso (como nos gusta a los aficionados).

Los primeros episodios son un poco lentos (hay que reconocerlo), avanzan despacio e incluso se hacen un pelín pesados y carentes de acción. Sin embargo cuando empiezas a ver lo cuidadas que están las tramas, cómo el argumento encaja como un puzle bien ensamblado y los personajes evolucionan de una manera creíble; te das cuenta de que la serie ha conseguido engancharte y eres un esclavo de sus historias.

Walter White se ha convertido en un personaje histórico que muchos no podremos olvidar nunca. Bryan Cranston hace un papel impresionante (y así lo han reconocido los críticos y los premios) pasando de ser un profesor de instituto que coquetea con la meta azul a un gran narcotraficante internacional. En realidad es la historia de Heisenberg y cómo éste formó parte de su existencia, un alter ego que anuló al eterno padre de familia e hizo lo necesario para seguir adelante. Sin importar las consecuencias.

Seis años y cinco temporadas han tardado en darle el final que se merece a ‘Breaking Bad’. Destacando la última etapa en especial, formidable de principio a fin. Todo se renovó cuando Hank descubrió quién era realmente su cuñado y lo que debía hacer para meterle entre rejas. Ese fue el principio del fin, un desenlace que se ha cobrado demasiadas victimas y ha tenido un buen sabor de boca (para la mayoría).

Y es que ‘Breaking Bad’ será recordara por muchas cosas pero sobre todo lo hará por irse con la cabeza bien alta. El cáncer regresa y todos sabíamos lo que eso significaba (igual que cuando empezamos a ver ‘The Big C’ ya conocíamos lo que sucedería al final). No obstante, antes de marcharse, quiere ‘redimirse’ de sus pecados: consigue vengarse de sus enemigos y asegurarse de qué su familia estará protegida económicamente en un futuro (su eterna excusa).

Ya puede Descansar En Paz porque el objetivo se ha cumplido. Adiós Walter White, hasta pronto Bryan Cranston y hasta siempre ‘Breaking Bad’.

  • Artículo publicado originariamente en La Vanguardia.
  • Fecha: 13 de febrero de 2014.
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