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‘Shameless’: la clave siempre está en la familia

En una época en la que los fans nos lanzamos en masa ante los nuevos estrenos y devoramos sin conocimiento los episodios piloto de todas las cadenas de televisión (casi sin excepción); es recomendable dejar un hueco para disfrutar con las viejas glorias, de esas series que pase el tiempo que pase nunca envejecen y siguen frescas a pesar de las circunstancias.

‘Shameless’ nació llena de comparaciones, todas las adaptaciones de otra gran serie británica las tienen y las tendrán siempre. Showtime supo cargarse esa losa a la espalda y no solo va sorteando los obstáculos, también que es capaz de mejorarla. Siete temporadas dan para mucho, sobre todo para conocer a los Gallaghers en todas sus versiones y aunque han pasado siete años todavía seguimos pendiente de las aventuras de esta peculiar familia.

No es el primero ni el segundo, ni tampoco será el último drama familiar que nos presenta la televisión. Si ‘Brothers & Sisters’ o ‘Parenthood’ tuvieron que reprimir su dureza pese a narrar dramas interesantes, ‘Shameless’ (en una cadena de pago) no se corta a la hora de reflejar la sociedad tal y como es, narrando con maestría los tabús que el mundo a veces tiene miedo a mostrar y que viven con nosotros día a día.

La séptima temporada ha vuelto más cruda que nunca poniendo a los Gallaghers al pie del precipicio, un lugar en el que siempre hay cuerda a la que agarrarse. Tramas duras, atrevidas y desgarradoras en las que poder ver el sufrimiento y la constancia de una familia que solo tiene un objetivo: sobrevivir, sin esperanzas, sin compromisos y sin pensar en qué puede pasar en su futuro. Una visión tan real que a veces da miedo.

Y no solo las tramas son increíbles, la interpretación de los actores ha ido ganando peso a lo largo de las temporadas. Si bien William H. Macy y Emmy Rossum se encumbran como grandes actores en cada trama, son los jóvenes los que continúan sorprendiendo a la audiencia. Jeremy Allen Whitey y especialmente Cameron Monaghan (a destacar su cameo en ‘Gotham’) han demostrado que la juventud no está reñida con el talento.

Es una pena que ‘Shameless’ esté contemplada como una serie de segunda; lo es cuando tras siete temporadas a penas suena en las listas de los grandes premios, no se reconoce su valía ni tampoco su buen hacer en televisión. Sería de agradecer que tanto Emmys como Globos de Oro (y derivados) no pusieran tanta atención en los estrenos efímeros de series que acabaran siendo solo un vago recuerdo y reconozcan de una vez la calidad de algunas series que llevan muchos años demostrando su valía. Aquí la clave está en la familia.

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