El coronavirus ha trastocado nuestros planes, modificando significativamente nuestras rutinas y poniendo en stand by nuestra vida. Las calles de España se han quedado vacías y las avenidas de las ciudades están ahora desiertas; pero el sonido de la lucha sigue siendo alto y claro. Porque gracias a todos lograremos frenar el avance del coronavirus quedándonos en casa, evitando el contagio y también la propagación de esta pandemia global.
En estos días hemos visto cerrar todo tipo de establecimientos, no solo de restauración y de ocio, también espacios culturales afectados por las medidas de contención obligatorias. Es momento para observar como España en tiempos de crisis sabe reinventarse, superarse y tender una mano amiga. Somos conscientes que el confinamiento es duro, sobre todo en pleno siglo XXI cuando gozamos de libertad para hacer lo que queramos, dónde queramos, cuándo queramos y con quién queramos.
La cultura está siendo un chaleco salvavidas luchando contra el aburrimiento, la ansiedad y el estrés por no poder salir de nuestra propia casa. La tecnología nos ha demostrado que puede convertirse en una herramienta que, usada de la forma adecuada y responsable, puede crear un espacio de unión y entretenimiento entre las personas.
España se ha llenado de festivales de música en las redes sociales, de artistas haciendo conciertos en sus cuentas de Instagram, de centenares de visionados y películas que se pueden ver online, de lecturas de libros y revistas totalmente gratuitas, de escritores que comparten sus poemas en vivo y en directo, de recomendaciones para ver las mejores series de televisión, de visitas virtuales a grandes museos o lugares de cultura ahora clausurados e incluso de teatro en streaming. En definitiva, se ha llenado de cultura.
El amor por la cultura no debería ser algo nuevo porque la cultura siempre ha estado ahí acompañándonos día a día tranquila, sosegada y silenciosamente. Quizás no ha sido tan respetada como ahora, incluso ha podido ser ninguneada, infravalorada y empleada como moneda de cambio entre los partidos políticos. Sin embargo, esta pandemia ha demostrado que España necesita la cultura como la cultura necesita a todos los españoles.
En tiempos de crisis, es bonito que la cultura nos haya acercado descubriendo nuevos artistas, nuevas voces y formas de ver el mundo, nuevas maneras de emocionarnos con la música, de sentir la poesía, de observar un cuadro o de motivarnos para poner un largometraje que nunca hubiéramos visto en otras circunstancias. Lo que hace falta es que cuando todo esto acabe que a nadie se le olvide devolverle a la cultura todo lo que está haciendo por nosotros.
Que intentemos comprar entradas para acudir al teatro, que adquiramos música por los cauces adecuados, que intentemos ir a más conciertos en directo, que llenemos los museos de visitantes sedientos de arte, que otorguemos la oportunidad a nuevos escritores o contratemos plataformas oficiales antes de descargar ilegalmente una película o una serie. Porque la cultura en tiempos de crisis es el ahora, pero la cultura del futuro debe ser una realidad que ayude tanto a los artistas como a los amantes de ella. Hagámoslo posible entre todos.
La cultura es la vía de escape perfecta en los tiempos que corren. Sin duda, la luz que nos aportará en este momento de oscuridad se la tenemos que devolver, mostrándole el apoyo que se merece. Una muy buena reflexión, que es una delicia para leer en esta época que nos ha tocado vivir. Felicidades y gracias por recordarnos lo importante que es la cultura para nuestras vidas.