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‘Scandal’: la escandalosa vida de Olivia Pope

Scandal

Continuo intentando cumplir aquellos objetivos seriéfilos marcados a comienzos del 2014 y aunque cada vez veo más complicado acabar con todas (por el gran número de series acumuladas y que se lanzan) ‘Scandal’ ha supuesto mi última gran adquisición. Se une a ‘Breaking Bad’, ‘Fringe’, ‘Cómo conocí a vuestra madre’, ‘The Good Wife’ y la reciente ‘Shameless’. [Contiene spoilers].

Mucho había leído sobre ‘Scandal’, la serie de Shonda Rhimes que comenzó tímida en la parrilla de ABC pero poco a poco fue escalando posiciones, convenciendo al público y sumando espectadores hasta alcanzar a la todopoderosa ‘Anatomía de Grey’. Y hoy puedo decir que no me extraña ya que sus tramas han evolucionando favorablemente hasta lo que es hoy en día, una gran serie.

Pensaba en ‘Scandal’ como otra serie de abogados más, otra ficción procedimental de manual con trama autoconclusivas y pocos avances argumentales de peso, pero no es así. Ya tuve prejuicios al enfrentarme a ‘The Good Wife’ hace unos meses y aquí (de nuevo) tengo que levantarme el sombrero y rectificar diciendo que la serie no tiene nada que ver.

Es verdad que la primera temporada y lo visto en la última es algo totalmente diferente. Los ‘pequeños’ casos de la corta etapa inicial donde la abogada de la Casa Blanca monta su propio bufete de abogados, en nada se parecen a la situación inmanejable, asombrosa y estrambótica que hemos visto en los capítulos finales. Un cambio (a mi gusto) a mejor que deja al espectador con ganas de más en cada episodio.

Olivia Pope y su equipo de ‘gladiadores’ manejaron el falso escándalo de la becaria de la Casa Blanca, se metieron de lleno a salvar a Quinn sin saber su verdadera identidad, descubrieron cómo amañaron las elecciones nacionales y se han encargado de ‘eliminar’ una célula secreta de la CIA denominada B613. Me recuerda un poco a la fallecida ‘Alias’, sobre todo a la hora de resucitar a parientes aparentemente muertos.

La misión de Olivia es proteger y defender la imagen de sus clientes, algo complicado cuando ella misma se vea involucrada en los escándalos. Por encima del duro trabajo hay una historia de amor (era inevitable), un amor prohibido, letal y que no hace bien a ninguno de los implicados. Estar liada con el Presidente de los Estados Unidos tiene sus ventajas y también sus inconvenientes.

‘Scandal’ se ha convertido en un gran descubrimiento, una serie con mucha trayectoria por delante. Parte se lo debemos a la actriz Kerry Washington que sabe desarrollar a la perfección el personaje protagonista entorno al que gira todo. Es un drama capaz de mantener al espectador sentado frente al televisor gracias a los giros de trama y los argumentos más inverosímiles posibles.

  • Artículo publicado originariamente en La Vanguardia.
  • Fecha: 21 de agosto de 2014.

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