Un paso importante para cualquier escritor novel que comienza en el mundo de las letras es mantener el contacto con sus lectores. Por esa misma razón la Feria del Libro de Guadalajara se convirtió en una brillante oportunidad para hablar con la gente, desenvolverme entre el público, conceder entrevistas e intentar ‘vender’ mi novela de la mejor manera que sé: con el corazón.
Una vez pasada la Feria del Libro donde estuve firmando ejemplares de ‘Los misterios de Río Dulce’ el pasado viernes 6 de mayo de 19.00 a 21.00 horas me quedo con los mejores momentos. Con amigas periodistas que se acercan a propósito para comprar tu libro y tenerlo dedicado, con compañeros que te dan la enhorabuena por haberte lanzado a esta aventura literaria y con escritores de renombre con los que es un orgullo haber compartido el mismo espacio físico durante unas horas.
Y sobre todo con una señora tan interesada en ‘Los misterios de Río Dulce’ que fue capaz de acudir a sacar dinero a dos cajeros diferentes (uno no funcionaba) y venir sofocada momento antes de marcharme para que le firmara un ejemplar. Parece ficción pero estoy todavía ilusionado con esta anécdota que me llevaré siempre conmigo.
El pasado 6 de mayo viví momentos únicos e irrepetibles que podrían haber sido más numerosos si el tiempo hubiera acompañado un poco. Y sin embargo, salgo de mi primera Feria del Libro en Guadalajara contento y con la ilusión de seguir adelante en esta etapa tan placentera donde (como siempre) estuve arropado de toda mi gente.
¡Muchas gracias!
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